martes, 17 de septiembre de 2019

TEMA 7. DESCUBRIMOS LA ESPAÑA DEL SIGLO XIX




Historia: España Siglo XIX




 


Francia y España firmaron en 1807 un tratado según el cual, las tropas francesas podían atravesar España para ocupar Portugal, pero los franceses incumplieron el tratado e invadieron algunas ciudades españolas lo que motivó el malestar entre la población, estallando en 1808 el motín de Aranjuez. Ante la presión popular el rey, Carlos IV tuvo que ceder el trono a su hijo, Fernando VII. Este ambiente problemático fue aprovechado por el emperador de Francia, Napoleón Bonaparte para reemplazar al rey y nombrar, como tal, a su hermano José Bonaparte. La población española no aceptó un rey francés por lo que el 2 de mayo de 1808 se sublevó contra los franceses, comenzando la guerra de la Independencia.
La guerra de a Independencia fue una guerra contra Francia , pero también civil ya que la población española se dividió en dos grupos:
.- Los patriotas que pedían el regreso de Fernando VII al trono. A su vez, estos se dividían en absolutistas, que querían que el rey concentrara todo el poder y liberales, que pretendían elaborar una Constitución que limitara sus poderes.
.- Afrancesados. Partidarios de tener un rey francés.
En 1810 y, en plena guerra se reunió en Cádiz un grupo de los patriotas y tras largas conversaciones aprobaron, en 1812 la primera Constitución española. La guerra terminó en 1814 con el triunfo de los españoles




PARA SABER MÁS







Pintura de Juan Gálvez del Salón de las Cortes de Cádiz, en el Teatro Cómico, hacia 1812











EL REINADO DE FERNANDO VII










EL REINADO DE ISABEL II

COMPLETA LO QUE HAS APRENDIDO











 








ECONOMÍA Y SOCIEDAD EN EL SIGLO XIX

LA VIDA EN EL SIGLO XIX. COMPLETA







ARTE Y CULTURA EN EL SIGLO XIX

ANTONIO GAUDÍ. LA VIDA DE UN GENIO
Antoni Gaudí i Cornet fue un arquitecto catalán que ha sido reconocido internacionalmente como uno de los expertos más prodigiosos de su disciplina, además de uno de los máximos exponentes del modernismo. Su genialidad excepcionalmente rompedora fue artífice de un lenguaje arquitectónico único, personal e incomparable dificil de etiquetar.
Infancia de Antoni Gaudí
Antoni Gaudí nació el 25 de junio de 1852 en Reus según unas biografías y en Riudoms según otras, una pequeña población cerca de Reus donde su familia veraneaba. Provenía de una familia de caldereros, hecho que le permitió al joven Antoni Gaudí adquirir una especial habilidad para tratar el espacio y el volumen mientras ayudaba a su padre y a su abuelo en el taller familiar.
Su facilidad a la hora de concebir los espacios y la transformación de materiales prosperó hasta convertirse en el genio de la creación en tres dimensiones que posteriormente demostraría ser.

El Mas de la Calderera, Ruidoms

La Can Pairal, Ruidoms
Gaudí fue un niño de salud delicada, razón por la que se vio obligado a pasar largas temporadas de reposo en el Mas de Riudoms, donde pasaba horas y más horas contemplando y reteniendo los secretos de la naturaleza, que consideraba su gran maestra y transmisora del conocimiento más elevado por ser la obra suprema del Creador.
Así, Gaudí encontraba la esencia y el sentido de la arquitectura en seguir sus mismos patrones, siempre respetando sus leyes.
Se trataba, no de copiarla, pero de seguir su curso mediante un proceso de cooperación y, en este contexto, hacer de su arquitectura la obra más bella, sostenible y eficaz posible. Por todo eso, Gaudí afirmaba: «La originalidad  consiste en volver al origen.»
Estudios de arquitectura
En el año 1870 se trasladó a Barcelona para cursar sus estudios de arquitectura a la vez que se ocupaba con diversos empleos que le permitían pagarse los estudios. Fue un estudiante irregular, pero que ya manifestaba algunos indicios de genialidad que le abrieron las puertas para colaborar con algunos de sus profesores. Cuando en 1878 culminó sus estudios en la Escuela de Arquitectura, el director, Elies Rogent, declaraba: «No sé si hemos dado el título a un loco o a un genio, el tiempo lo dirá.» Era innegable que las ideas de aquel joven no eran una mera repetición de lo que se había hecho hasta el momento ni dejarían a nadie indiferente.
«No sé si hemos dado el título a un loco o a un genio, el tiempo lo dirá.»
Una vez obtenido el título, Antoni Gaudí se estableció por su cuenta en su despacho de la calle del Call en Barcelona desde donde, con gran entrega, inició el inconfundible legado arquitectónico, gran parte del cual es considerado Patrimonio de la Humanidad. Pero el encuentro, que resultó en una de las relaciones de amistad y mecenazgo más productivas de la historia, se produjo a mediados de 1878, cuando la casualidad quiso que el artista y Eusebi Güell, un impulsor de la industria nacional con un acentuado gusto por las artes, cruzaran caminos. La relación que se inició desde aquél momento no fue únicamente la de cliente-arquitecto, sino que resultó en un vínculo de admiración mutua y aficiones compartidas, tejiendo una amistad que dio al arquitecto la oportunidad de iniciar una trayectoria profesional plena donde poder desarrollar todas sus cualidades artísticas.

Retrato de Antoni Gaudí

Documento de la Escuela de Arquitectura
Más allá de la relación con Güell, Antoni Gaudí recibió gran cantidad de encargos y planteó innumerables proyectos. Muchos de ellos, afortunadamente, pudieron convertirse en realidad, pero algunos otros no pasaron del papel.
Durante su etapa de madurez, las obras maestras se fueron sucediendo las unas a las otras: la Torre Bellesguard, el Park Güell, la restauración de la catedral de Mallorca, la iglesia de la Colonia Güell, la Casa Batlló, La Pedrera y, finalmente, la Sagrada Familia.
Curiosamente, el esplendor de la arquitectura gaudiniana coincidió, en una decisión personal del arquitecto, con un progresivo retraimiento de su figura. Gaudí, que en su juventud había frecuentado teatros, conciertos y tertulias, pasó de parecer un joven dandi con gustos de gourmet a descuidar su aspecto personal, comer con frugalidad y alejarse de la vida social a la vez que se entregaba con más fervor a un sentimiento místico y religioso.

Muerte de Antoni Gaudí: El último adiós


La comitiva fúnebre de Antonio Gaudí tras su muerte por las calles de Barcelona
Antoni Gaudí murió el 10 de junio de 1926 atropellado por un tranvía mientras se encaminaba, como cada anochecer, hacia la Sagrada Familia desde la iglesia de Sant Felip Neri. Después del golpe, perdió la consciencia y nadie sospechó que aquél anciano indocumentado y de aspecto descuidado era el célebre arquitecto, y fue trasladado al Hospital de la Santa Cruz, donde posteriormente sería reconocido por el cura de la Sagrada Familia. El entierro tuvo lugar dos días después en la Sagrada Familia después de un multitudinario funeral: buena parte de los barceloneses salieron a la calle para dar el último adiós a Gaudí, el arquitecto más universal que la ciudad había visto.






LA PEDRERA. GAUDÍ



FRANCISCO DE GOYA. PINTOR ESPAÑOL DEL ROMANTICISMO

Francisco de Goya nació en 1746 en la pequeña localidad zaragozana de Fuendetodo. Quien le iba a decir ya tan pequeño que décadas más tarde se convertiría en el pintor europeo más importante de su tiempo, padre del arte Moderno y precursor del impresionismo. Su andadura frente al lienzo comenzó cuando solo tenía cinco años y, aunque aprendió el oficio de dorador para suceder así a su padre, pronto hizo las maletas y se trasladó a Madrid para formarse como artista junto a Francisco Bayeu. Gracias a él, Goya consiguió su primer trabajo en la Real Fábrica de Tapices, donde adquirió la experiencia necesaria para introducirse en el mundo de los retratos.

Pintor de la corte de Carlos IV










Goya
‘La familia de Carlos IV’.











Esta extensa colección de obras elevó la figura de Goya hasta el ámbito público, dotándole de gran prestigio y notoriedad. Su fulgurante carrera alcanzó uno de sus puntos álgidos en 1789, cuando fue nombrado pintor de la corte por Carlos IV. Esta etapa dejó para la posteridad una de sus obras maestras: ‘La familia de Carlos IV’, plagada de realismo e ironía. Goya mantuvo su cargo como retratista del rey, pero también de la aristocracia madrileña.









Goya
‘La maja vestida’.

En ‘La maja vestida’ y ‘La maja desnuda’, dos de sus cuadros mejor valorados, el artista representó a la duquesa de Alba, realzando su figura gracias al juego de luces y sombras. Según cuenta la leyenda, ambos mantuvieron una relación sentimental demasiado escandalosa para la época.

La época más oscura de Goya










Goya
‘Los fusilamientos del 3 de mayo’.

No obstante, hacia 1799, todo ese esplendor quedó marcado por la aparición de unos extraños y oscuros personajes, que años más tarde liderarían toda su obra. La invasión de España por las tropas napoleónicas otorgó a Goya una visión muy personal de los horrores de la guerra. Dando como resultado creaciones de gran dramatismo y protesta como ‘El 2 de mayo’ y ‘Los fusilamientos del 3 de mayo’. Su desgracia se acrecentó tras la llegada de José Bonaparte como pintor de la corte y la restauración de la corona por parte de Fernando VII.









Goya
‘Pinturas negras’.

Como consecuencia, Francisco de Goya se retiró de la vida pública y sufrió una recaída en esa misteriosa enfermedad que años antes le había dejado totalmente sordo. La alegría y el romanticismo de sus primeras obras dejó paso a un sin fin de criaturas lúgubres y terroríficas, protagonistas de las ahora conocidas como ‘Pinturas negras’. A pesar del trasfondo de su significado, estas pasaron a la posteridad como un ejemplo de la originalidad temática del artista.
Goya se trasladó en 1824 a la ciudad francesa de Burdeos, donde residió hasta el día de su muerte. El 16 de abril de 1828, tras ser diagnosticado de un tumor y sufrir una caída por las escaleras, el célebre pintor falleció acompañado de toda su familia, convirtiéndose en uno de los grandes maestros de la historia del arte.
FRANCISCO DE GOYA




Alegoría de la Constitución. Francisco de Goya









  JOAQUÍN SOROLLA




















  ANTONIO MACHADO. POETA ESPAÑOL












Antonio Machado  (1875-1939):

Nació en Sevilla y vivió luego en Madrid, donde estudió. En 1893 publicó sus primeros escritos en prosa, mientras que sus primeros poemas aparecieron en 1901. Las penurias económicas familiares por la muerte de su padre, primero, y de su abuela paterna -doña Cipriana Álvarez-, después, lo llevaron a una vida bohemia y disipada de teatro, tertulias de café… no acabó el bachillerato hasta el año 1900. Viajó a París en 1899, ciudad que volvió a visitar en 1902, año en el que conoció a Rubén Darío, del que será gran amigo durante toda su vida.

En Madrid, por esas mismas fechas conoció a Unamuno, Valle-Inclán, Juan Ramón Jiménez y otros destacados escritores con los que mantuvo una estrecha amistad. Sacó la cátedra de Francés, para la que, por entonces no se requería titulación universitaria y fue destinado a Soria. Allí conoce y se casa con Leonor Izquiedo (fotografía de superior derecha). Leonor era hija de los dueños de la pensión donde se alojaba, tenía solo quince años y su boda fue un escándalo en la localidad; pero la amó con toda el alma hasta el final de sus propios días. Su felicidad duró apenas tres años. Una grave enfermedad pulmonar se la llevó en agosto de 1912. Tuvieron que regresar precipitadamente de París donde estaban con una beca de perfeccionamiento que Antonio Machado había obtenido y a la que tuvo que renunciar. Rubén Darío les prestó el dinero para el viaje de regreso a Soria. El éxito de la publicación de Campos de Castilla le ayudó a sobreponerse a la depresión que le causó. Angustiado y tratando de separarse de los paisajes y rincones que tanto le recordaban a su niña, pide el traslado de Instituto y va a Baeza (foto izquierda), pero tampoco allí encuentra la paz de espíritu. La añoranza por la capital, por Castilla, lo llevan de nuevo esta vez a Soria donde lo sorprendería la guerra. Su fama ya es enorme, en 1927 fue elegido miembro de la Real Academia Española de la Lengua, nunca llegó a pronunciar el discurso de ingreso. Durante los años veinte y treinta escribió teatro en compañía de su hermano, también poeta, Manuel, estrenando varias obras entre las que destacan La Lola se va a los puertos, de 1929, y La duquesa de Benamejí, de 1931. En 1932 recibe un homenaje en su querida Soria (foto inferior derecha). Cuando estalló la Guerra Civil española estaba en Madrid. Posteriormente se trasladó a Valencia, y Barcelona, y en enero de 1939 se exilió al pueblo francés de Colliure, donde murió en febrero (fotografías inferiores).

Su poesía es precisa y sencilla en el lenguaje. Plasma un paisaje realista de Castilla deteniéndose en lo abrupto y pobre y monótono de los detalles desde una perspectiva noventaiochista para interiorizarlos y reflejar en ellos sus propias vivencias personales. Ve en esa pobreza la sencillez que fuerza a la grandeza del espíritu que formó al gran pueblo castellano capaz de las mayores proezas. Quiere que su poesía se parezca en sencillez y fuerza expresiva a ese paisaje (“Campos de Soria”). Sus poemas reflejan el sentir dolido por la patria.
Entre sus obras poéticas destacaremos Soledades, galerías y otros poemas en 1903, Campos de Castilla, en 1912,  Nuevas canciones en 1925 y La guerra en 1938.

Para comenzar a conocer a don Antonio Machado, nada mejor que su “Autorretrato” realizado por encargo. Únicamente destacar que aún no ha conocido a Leonor cuando lo compone, las demás claves son fáciles de interpretar. De él destacaría su “soy, en el buen sentido de la palabra, bueno”, el rechazo a sus inicios modernistas -gay trinar- y a la vida bohemia que había llevado en su primera etapa de Madrid, poetas más preocupados por su aspecto, su indumentaria y su fama que por su obra -tenores huecos, actual cosmética-; y su punto de rebeldía -gotas de sangre jacobina-. Respecto a su torpe aliño indumentario, es conocida la crítica de Juan Ramón sobre que iba siempre cubierto de ceniza –era un fumador empedernido- y con los bolsillos de la chaqueta llenos de colillas. Su concepto de la poesía también queda fijado “…Dejar quisiera / mi verso como deja el capitán su espada: / famosa por la mano viril que la blandiera”, importa más la utilidad, el mensaje, que la forma y la belleza, ahí está su filiación regenarionista bajo la influencia de don Miguel de Unamuno. Y el final del poema es casi profético. En la huida precipitada de Barcelona perdió incluso la preciada maleta donde transportaba los pocos libros que le habían acompañado en el viaje desde Valencia. Ya nada le quedaba en Colliure.

ANOCHE CUANDO DORMÍA

Anoche cuando dormía
soñé ¡bendita ilusión!
que una fontana fluía
dentro de mi corazón.
Dí: ¿por qué acequia escondida,
agua, vienes hasta mí,
manantial de nueva vida
en donde nunca bebí?

Anoche cuando dormía
soñé ¡bendita ilusión!
que una colmena tenía
dentro de mi corazón;
y las doradas abejas
iban fabricando en él,
con las amarguras viejas,
blanca cera y dulce miel.

Anoche cuando dormía
soñé ¡bendita ilusión!
que un ardiente sol lucía
dentro de mi corazón.
Era ardiente porque daba
calores de rojo hogar,
y era sol porque alumbraba
y porque hacía llorar.

Anoche cuando dormía
soñé ¡bendita ilusión!
que era Dios lo que tenía
dentro de mi corazón.



  ESPAÑA EN EL SIGLO XIX

COMPLETA EL ESQUEMA





  REPASO DEL TEMA


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